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domingo, 14 de noviembre de 2010

Mi perfil Académico

    • Médico por la Universidad de Cantabria (1972-1978)
    • Médico de Atención Primaria en Los Corrales de Buelna (Cantabria) (1979-1981)
    • Psiquiatra por el Hospital Clínico Universitario de Valladolid (1981-1984)
    • Funcionario en excedencia del Complejo Sanitario Provincial de La Exma. Diputación de Cáceres (Plasencia)(1984-1987)
    • Psiquiatra de Enlace en  el Hospital General de Elda-Alicante (1987-2010)
    • Psiquiatra CSM Nueva Elda (11/1/2010-  17/1/. 2011  )
    • Terapeuta Familiar por la Universidad de Alicante
      Psiquiatra en CSM del Hospital General de Alicante desde  18 Enero 2011.


lunes, 19 de noviembre de 2012

Diógenes en el siglo XXV


Diógenes en el siglo XXV en Internet en una pasada rápida: Los datos se recogen de noticias en periódicos y otros enlaces de historia de la filosofía, psiquiatría,  organismos sociales y libro de dermatología-psiquiatría y no se puede aportar más datos de cursos, archivos y otras fuentes de distintos buscadores por impericia.


Opinión:              Desde el faro de Alejandría

                                           Lic. Luis Antonio Vásquez Jaramillo

El filósofo griego Diógenes nació en la ciudad de Sínope, la cual se encuentra ubicada en la actual Turquía, en el año 412 a.C. Su formación académica y cultural la recibió en Atenas, en donde fue discípulo del filósofo Antístenes, quien sentía desprecio por las convenciones y reglas sociales y renunciaba de manera estoica a los placeres mundanos. Al igual que su maestro, Diógenes llevó una vida de austeridad y mortificación. Se vestía con ropas ordinarias y sencillas, al igual que su alimentación. Usualmente pernoctaba en las calles de Atenas, toda vez que consideraba que la virtud es la base de la filosofía del ser humano. Por ello despreció a los políticos y oradores de su época, quienes se esforzaban por comprender y transmitir la aspiración máxima de hacer valer la verdad; sin embargo, no les importaba su puesta en práctica.
En atención a su lugar de nacimiento, se le conoce, para la posteridad, con el nombre de Diógenes de Sínope y según, una historia popular, se cuenta que en una ocasión Diógenes caminaba por las calles de Atenas a la luz del día llevando consigo una lámpara encendida en su búsqueda de un hombre honesto. Y en ese caminar, se cuenta, igualmente, que en una ocasión se topó con Alejandro El Magno, quien en a su paso le espetó: “Yo soy Alejandro Magno”; y el filósofo le contestó: “Y yo, soy Diógenes, el cínico”. Impresionado por la respuesta del filósofo, Alejandro Magno le inquirió; ¿“Qué puedo hacer por ti?”; a lo que el filósofo replicó: “Te agradecería que te apartaras de mi camino para que no me quites la luz del sol”. Ante esta nueva respuesta, Alejandro Magno optó por marcharse, diciéndose a sí mismo “Si yo no fuera Alejandro, El Grande, me gustaría ser Diógenes El Cínico”. Según la historiografía, Diógenes murió en el año 323 a.C., en la ciudad de Corinto, al parecer el mismo día en que falleció Alejandro Magno.
A Diógenes de Sínope se le considera, en los términos de filosofía pura, como el padre del cinismo, en atención a su sabiduría práctica, la cual no se basaba en ningún sistema filosófico definido. Su sabiduría se refleja en la respuesta que le dio Diógenes al filósofo Aristipo quien vivía confortablemente a base de sus adulaciones permanentes y sistemáticas al rey y que le dijo a Diógenes que si hubiese aprendido a ser sumiso, no tendría necesidad de comer lentejas. Y Diógenes le contestó, a su vez, que si Aristipo hubiera aprendido a comer lentejas no hubiera tenido necesidad de adular al rey.
En los tiempos que corren en nuestro país se ha desarrollado una especie genérica de aduladores al mandatario de turno. Así, es usual ver a servidores públicos enquistados en el gobierno actual, cuando ayer servían a los adversarios políticos y denostaban, sin solución de continuidad, a los que hoy gobiernan. La demagogia, entendida como el arte de la adulación, ha florecido en la sociedad panameña, con el impacto de ir consolidándose cada vez más, para limitar y reducir el camino de unos pocos Diógenes que aún existen en nuestro país, para quienes, como el que esto escribe, importan más las satisfacciones que se alcanzan y obtienen con el esfuerzo propio que a través del concurso de halagar al rey de turno para mejorar en la escala societal.
De ahí que ante el llamado que hemos venido haciendo de aspirar a una “sociedad más humana”, el pedido que le hacemos a Dios sea que todas aquellas lámparas de Diógenes, que aún alumbran, se convoquen al unísono al clamor de reivindicaciones sociales que hace este sufrido pueblo panameño.


SÍNDROME DE DIÓGENES
 
 
 
CONCEPTO
 
Se trata de una conducta de aislamiento comunicacional, ruptura de las relaciones sociales, negligencia de las necesidades de higiene, alimentación o salud, reclusión domiciliaria, rechazo de las ayudas y negación de la situación patológica, que se presenta habitualmente en ancianos solitarios.
 
Las primeras descripciones y su sistematización clínica se deben a los trabajos de MacMillan & Shaw (1966) (4) y Clark et at. (1975) (1). Basándose en ellos y en diversos trabajos posteriores de De La Gándara et al. (1992, 1994), han establecido las características clínicas del síndrome, que permiten diferenciarlo de los estados depresivos, demencias u otros estados psicopatológicos (2, 3).
 
La denominación se debe a Clark et al. (1975) y se basa en el estilo de vida misantrópico y solitario del conocido filósofo griego (1).
 
 
ETIOPATOGENIA
 
Se trata de un síndrome específico que se produce en ancianos, como consecuencia de la interrelación de tres tipos de factores:
 
­ Diferentes rasgos de personalidad previos, que implican tendencia al aislamiento, dificultades de adaptación social, rechazo de las relaciones humanas, misantropía, etc.
 
­ Factores estresantes propios de la edad tardía: dificultades económicas, muerte de familiares, rechazo familiar, marginación social, etc.
 
­ Soledad: inicialmente condicionada por las circunstancias, pero posteriormente buscada o deseada voluntariamente.
 
Se puede aceptar que existen dos tipos de síndrome de Diógenes:
 
­ Personas sin otra patología psiquiátrica específica (Eje I).
 
­ Pacientes psiquiátricos crónicos: depresivos, delirantes o demenciados que presentan además conductas típicas de Diógenes.
 
EPIDEMIOLOGIA
 
Según estimaciones realizadas por De La Gándara (1994) (3), un 1.7 por/mil de los ingresos en hospitales en España de mayores de 65 años son por Síndrome de Diógenes, lo que supone unos 1.200 nuevos ingresos año. Según otros análisis, en España un 3 % de las personas mayores de 65 años tienen "Riesgo de Diógenes", la "prevalencia probable" es del 0.5%, y la "incidencia anual" podría estimarse en unos 3.200 casos nuevos.
 
 
COMPLICACIONES
 
La principal complicación es la muerte en soledad en sus domicilios. Por otra parte, más del 40 % de los Síndromes de Diógenes sufren patología somática severa, y mueren a pesar de ser ingresados en hospitales. Todos presentan grave abandono higiénico y estados carenciales, que implican la presencia de malnutrición, anemia, etc.
 
 
DIAGNOSTICO
 
Podemos aceptar cinco criterios o rasgos de conducta característicos, que permiten hacer el diagnóstico. La presencia de "1" ó "2" criterios sugiere la existencia de riesgo de Síndrome de Diógenes, mientras que una puntuación de "4" ó "5" la alcanzan los casos más graves, con elevado riesgo de enfermedad y muerte en soledad. Dichos criterios son:
 
­ Aislamiento comunicacional y relacional, con rechazo de las posibilidades de comunicación.
 
­ Reclusión domiciliaria voluntaria, con oposición a ser sacados de sus domicilios.
­ Negligencia de cuidados sanitarios y de la higiene propia y del hogar (silogomanía: acumulación de basura).
­ Conducta de "pobreza imaginaria": acumulación de dinero en casa o bancos, en cantidades elevadas, asociado a creencia de pobreza extrema, a veces delirante, y no utilización para las necesidades básicas.
 
­ Rechazo de las ayudas familiares o sociales, e intento de regresar a su estilo de vida, cuando son dados de alta, o se descuida su cuidado.
 
 
TRATAMIENTO
 
El tratamiento debe empezar por la detección de los casos de riesgo, el ingreso en un Hospital General o Unidad de Geriatría, y abordaje de los trastornos médicos. Se deben adoptar las medidas de protección social pertinentes, evitando el regreso del enfermo a sus condiciones previas de vida. En algunos casos es preciso tratar la patología psiquiátrica asociada (depresión, delirios crónicos). Si no es posible asegurar la convivencia o ubicar al paciente en una institución social, es preciso hacer un seguimiento crónico, visitas domiciliarias, y trabajo coordinado de los servicios sanitarios (médico, enfermera) y sociales (trabajador social).
 
 
BIBLIOGRAFIA
 
1.­ Clark AN, Mankikar GD, Gray I. "Diogenes Syndrome". Lancet, 15: 366-368. 1975.
2.­ De La Gándara JJ, Alvarez MT. "Los ancianos solitarios: el llamado Síndrome de Diógenes". An. Psiquiatría, 8(1): 21-26. 1992.
3.­ De La Gándara JJ. "Envejecer en Soledad". Ed. Popular, Madrid. 1995.
4.­ MacMillan D, Shaw P. "Senile breakdown in standards of personal and environmental cleanliness". Brt. Med. J., 2: 1032- 1037. 1966
 
 
ANCIANOS, SOLEDAD Y ANIMALES DE COMPAÑÍA
Un reciente artículo del profesor Abilio Reig de catedrático de Psicología de la Universidad de Alicante, nos ofrece un inteligente estudio sobre la soledad en personas ancianas. Desde las primeras líneas queda claro que la soledad no es lo mismo que aislamiento social: "Sentirse solo es una vivencia personal, indeseable y dolorosa fruto de la discrepancia entre lo que uno desea o espera y lo que tiene de hecho". Por aislamiento social se entiende vivir solo, aislado y sin comunicación. Una manifestación extrema del mismo es el llamado "Síndrome de Diógenes" "... caracterizado por aislamiento voluntario, inobservancia de las normas sociales convencionales de convivencia, de higiene, de cuidado del hogar o del vestido, ruptura de las relaciones sociales, actitudes de indiferencia o de hostilidad hacia el entorno, carencia del sentido del ridículo y descuido personal absoluto". Pero existe una soledad buscada y deseada que se relaciona positivamente con bienestar y satisfacción y que está relacionada con una personalidad sana y madura. En estas personas el bienestar y el contacto social se relacionan negativamente: expresan mayor bienestar cuando menores son sus contactos sociales, y viceversa.
Generalmente asociamos la soledad a la vejez, y la juventud con múltiples relaciones y compañías, pero esto no es totalmente exacto. Entre los datos que nos ofrece el profesor Reig nos sorprende la paradoja de que mientras el 90% de la población piensa que la soledad es un problema para las personas mayores, sólo el 32% de la gente mayor lo refiere como un problema personal, y, únicamente, para un 10% de ancianos, supone un problema grave para su salud o para su calidad de vida. Sin embargo, en contra de la opinión popular, lo que muestran los estudios es que la vivencia de soledad es más frecuente entre los jóvenes que entre los mayores. Son los adultos más jóvenes quienes desean más contactos sociales.
Existe, sin embargo un desencuentro entre generaciones: los jóvenes se sienten solos porque no tienen lo que desean o esperan y, en general, prefieren la compañía de sus coetáneos, no la de los ancianos. Y los ancianos que están solos siguen solos, rechazados y marginados socialmente, en una sociedad que de forma casi irracional exalta los valores juveniles. Parece que ambas soledades siguen rutas diferentes, sin posibilidad de conexión entre ellas. No obstante, a pesar de que les pueda parecer algo muy lejano, el envejecimiento es algo que debe importar a los jóvenes. De seguir las cosas como están, en el año 2050 el número de ancianos crecerá a razón de 21 millones por año en el mundo (ahora lo hace a razón de 9 millones/año). La clave de su relevancia para la juventud, es que quienes ahora tienen entre 15 y 24 años, serán los ancianos del siglo XXI.
Los animales de compañía son un excelente antídoto contra la soledad no deseada llenando el vacío que las personas somos incapaces de ocupar, cumpliendo así - una vez más- un rol terapéutico en las carencias afectivas. Son una fuente generosa de beneficios psicosociales para las personas aisladas. Así como una inestimable fuente de bienestar y satisfacción para los solitarios sanos y maduros. ¿Cómo calificaríamos a una persona que fuera capaz de ofrecernos todo esto, y qué precio tendríamos que pagar por sus servicios? Con todo, aún podemos aprender una hermosa lección de los animales: no tienen prejuicios por razón de la edad (me refiero a la edad de las personas con quienes conviven). ¿Qué hacemos nosotros con ellos cuando envejecen?
Con estos argumentos y reflexiones intento tender puentes entre generaciones y entre especies, abonar el terreno para que brote vigorosa la sensibilidad inteligente, y animar a la acción. ¿Cómo? Yo me limito a dar una pista: la afición a los animales puede ser un excelente punto de encuentro entre generaciones. Lo demás depende de vuestra disposición, de vuestras circunstancias, de vuestra creatividad...
Agustín Caruana Vañó
Miembro de:
Pro Dignidad Humana
Artículo publicado en la revista:
Club de Amigos de los Animales nº 2, abril, mayo, junio de 1999, pág 5.
c/ José Perseguer, 14 - 03610 PETRER. Alicante.
Tel / Fax. 96.695.00.42;

PUNTO DE VISTA

MUERTE EN SOLEDAD, MUERTE EN ABANDONO
La muerte de ancianos en la soledad ha sido noticia especial este verano, aunque desgraciadamente es un hecho  recurrente y en aumento progresivo. CEOMA ya ha publicado alguna nota sobre este tema, pero ante el carácter dramático del mismo queremos hacer también unos comentarios:
1.- Hay que distinguir entre la muerte en soledad y la muerte en abandono. La muerte en soledad irremediablemente irá en aumento, no importa las medidas que se quieran imponer para evitarla. En realidad se muere siempre  solo, aunque se muera rodeado de los cercanos, pues la muerte es un acto radicalmente personal e intransferible. Si en estos momentos en nuestro país viven solos aproximadamente el 16 % de personas mayores, es decir alrededor de un millón de personas, y esta cifra va en aumento acercándose a la de otros países de nuestro entorno, cada vez más mayores morirán sólos, pues lógicamente  se muere donde y como se vive. Esta muerte en soledad puede ocurrir, de hecho, incluso en mayores que viven bien cuidados en las instituciones o en el seno de su propia familia.
Lo terrible es que nadie, ni familia, ni vecinos, ni las redes formales se enteren del deterioro irreversible de una persona y de su muerte hasta días, semanas... después de su fallecimiento. Eso es abandono, culpable en muchos casos por parte de los más cercanos, por parte de la sociedad en general y de las Administraciones Públicas que, a través de las redes asistenciales a domilicilio, debe tener perfectamente localizados y con un protocolo de actuación de riguroso respeto a los derechos humanos y a la intimidad, a los mayores que viven solos y especialmente los casos de riesgo. Entre éstos, los que se encuentran en situaciones de franco deterioro físico o psíquico, los que se niegan a ser “controlados”, los que sufren el síndrome de autorreclusión, el “síndrome de Diógenes”...
2.- Es una  buena noticia que  el Defensor del Pueblo entre a estudiar este fenómeno de la muerte en soledad, pero aunque esta sea más frecuente en grandes ciudades,  no entendemos  que se limite el estudio de los casos a Madrid y no a toda España o a las grandes ciudades. Algunos ya han visto en ello elementos electoralistas.
3.- Propugnamos la Acreditación externa  de las Redes de Atención Domiciliaria, Residencias, Centros de día, etc., para asegurar la calidad del funcionamiento de los mismos y, como venimos insistiendo en todos los foros, la aprobación urgente de la Ley  de Dependencia a nivel del Estado y dentro de la Seguridad Social.

Madrid, 9 de Septiembre de 2002
Copyright © 2002 Confederación Española de Organizaciones de Mayores
c/ Pío Baroja S/N; Edificio Cantabria
28009 MADRID
Tel.: (34) 91 573 52 62 ; Fax: (34) 91 573 79 28
Correo electrónico: ceoma@ceoma.org
 ¿EXISTE EL SINDROME DE DIOGENES?
Vivir en la suciedad y el desorden puede indicar la presencia de una patología psiquiátrica grave.
Londres, Reino Unido
Las personas que viven inmersas en el desorden y la suciedad tienen a menudo trastornos físicos o psicológicos que conducen al abandono de la propia higiene. Sin embargo, no pueden encuadrarse dentro de un único síndrome, como se había propuesto.
[The Lancet, 355:882-886, Mar 2000 - SIIC]

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Fuente
Título del documento
Año pub.
Aging, neuropsychology, and cognition  
1999
Siso/saude  
1997
Trabajo social. Política social  
1995
Revista española de geriatría y gerontología  
1994
Informaciones psiquiátricas  
1994
Geriátrika  
1992
Anales de psiquiatría  
1992
Revista de gerontología  
1991
Todo hospital  
1987
Actas dermo-sifiliográficas  
1976
Revista española de gerontología  
1975



 
Síndrome de Diógenes



(EUROPA PRESS, por Esther Nguema del Monte)

   Aislamiento voluntario, descuido personal absoluto, indiferencia u hostilidad hacia el entorno... estos son algunos de los síntomas del síndrome de Diógenes. José es un vecino de Vicálvaro que padece la enfermedad. Tras la puerta de su casa esconde una montaña de basura. El anciano vive sin luz y agua en un local que antaño utilizaba como taller de carpintería. Un amasijo de hierros, cartones y objetos de todo tipo convierten su hogar en un laberinto de desperdicios.

   Para Abilio Reig, catedrático de Psicología de la Universidad de Alicante, esta patología es una "una manifestación extrema de la soledad". La psicóloga Mercedes Álvarez del Pozo precisa que "generalmente proceden de una familia desestructurada o mantienen malas relaciones con sus parientes más cercanos".

   En el caso de José, su relación con la familia es nula. Este viudo tiene dos hijas, pero los vecinos dicen que no quieren saber nada de su padre. El anciano reconoce que "antes gastaba mucho dinero jugando a las tragaperras".


Reciclar.... Reusar...... pero no tanto. La “cueva” de Antonio “El rata”


20 de marzo de 2001


Un anciano acumuló 140 toneladas de basura durante casi 40 años en una casa de San Sebastián de los Reyes (España)

ROSA M. TRISTAN


SAN SEBASTIAN DE LOS REYES.- Una decena de pilas de cocina, un coche Gordini de los años 60, 200 paraguas, sillas, piscinas infantiles, hierros retorcidos, un motocarro... Hasta 140 toneladas de residuos y desperdicios de todo tipo llegó a acumular Antonio El rata, durante casi 40 años, en una casa de su propiedad, en San Sebastián de los Reyes.
El pasado 28 de febrero, tras años de denuncias de los vecinos aledaños, un juez autorizó al Ayuntamiento a entrar en el recinto y, durante 15 días, de los 270 metros cuadrados que tiene de superficie, por los tres que hay de altura, salieron, a rebosar, una treintena de camiones. En total, 810 metros cúbicos de desperdicios, entre los que Antonio se había hecho un pequeño habitáculo para vivir.
Los psicólogos ya le han puesto nombre a esta conducta patológica, que incita a acumular porquería, y la llaman síndrome de Diógenes.




[PDF]CAP.08-DERM Y PSIC
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... SÍNDROME DE LA MISERIA SENIL O SÍNDROME DE DIÓGENES 2, 4 En 1975 fue descrito
un grupo de pacientes ancianos 2 a quienes se les atribuyó el nombre de ...
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SÍNDROME DE LA MISERIA SENIL
O SÍNDROME DE DIÓGENES
En 1975 fue descrito un grupo de pacientes ancianos a quienes se les atribuyó el nombre de síndrome de Diógenes, debido a que se caracterizaban por su carácter recluido, su existencia solitaria, su descuido personal y su necesidad compulsiva de acumular cosas. Más tarde fue denominado "síndrome de la miseria senil". En la actualidad existen discrepancias sobre los componentes del trastorno psicológico y la afección psiquiátrica que subyace a la psicopatología que conduce al aislamiento personal. Tales pacientes viven en medio de una suciedad absoluta y amontonan todo lo que van acumulando en grandes montones, sin preocuparse de orden ni de higiene algunos; lo acumulado y amontonado suele incluir, asi mismo, restos personales . No resulta extraño, por tanto, que incluya cabellos, uñas cortadas, secreciones nasales o auriculares secas e, incluso, deyecciones. Estos pacientes pueden visitar al dermatólogo para que les cure una "erupción", que consiste principalmente en acumulaciones de queratina en las manos, cara, cuero cabelludo y superficies de flexión. Es característica la aparente paradoja entre el comportamiento acumulador y la ausencia absoluta de higiene.
Los tres pacientes que he visto de esta categoría eran hombres y me fueron enviados con lesiones costrosas del cuero cabelludo y la cara, descritas por el médico general como una forma de psoriasis. Es de notar que los tres eran solteros, sólo tenían familiares lejanos y sus únicos contactos sociales eran una salida semanal para hacer las compras y otra para cobrar su pensión de retiro. Todos ellos iban bien vestidos, eran amables y no mostraban una clara alteración en el trato social, pero parecían ignorar su absoluta falta de higiene y de cuidado corporal personal. Mostrabanun enorme desinterés por las preguntas relativas a la enorme costra de queratina. La terapia dermatológica estándar para eliminar las costras fue eficaz en cuestión de dos días y el seguimiento mostró, como era de esperar, que el problema volvía a su estado inicial a los dos meses. En ninguno de los tres casos existía una clara depresión, pero sí evidencia de ideas paranoides, sobre todo cuando se les preguntaba por su comportamiento acumulador.
NEGACIÓN DE LA ENFERMEDAD
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La negación significa que algo no existe, ya sea en uno mismo o en los demás.Suele ser un acto consciente y se utiliza con una finalidad. Puede ser utilizado de forma inapropiada en caso de que exista una creencia errónea sobre circunstancias que podrían ser, según cree el paciente, muy dañinas. El significado psicológico de la negación incluye el rechazo inconsciente de algunos aspectos de la realidad, ya que la aceptación de tales hechos reales podría causar más ansiedad o estrés del que se podría soportar. Así, por ejemplo, entre los ancianos con una enfermedad dermatológica los hay que sufren una amplia afectación del área corporal y no por eso consultan con su médico, ya que viven en la arcaica creencia de que toda enfermedad cutánea se debe a la falta de higiene, al descuido y a la infección. A pesar de los avances de la medicina moderna y de la comunicación, los estudios siguen mostrando que tales creencias a propósito de las enfermedades de la piel siguen siendo dominantes y son un importante factor de culpabilidad. Estos pacientes ancianos acumulan la vergüenza y el retraimiento e, incluso, cuando la extensión de la enfermedad llega a ser muy evidente, se niegan a visitar a sus médicos y mucho menos a confirmar sus temores sobre la enfermedad que padecen. Se trata de una importante razón que da lugar, en general, al diagnóstico tardío de la enfermedad cutánea inflamatoria, así como del cáncer de piel.
El diagnóstico tardío del cáncer de piel, con desfiguración y destrucción de estructuras vitales, que incluyen los ojos, las orejas, la nariz y los genitales, está bien documentado y se suele dar en los ancianos. Mientras que en los grupos más jóvenes esta negación de la enfermedad suele formar parte de un trastorno psiquiátrico del pensamiento, en los ancianos puede que haya razones más básicas para negarse a reconocer el problema. Sólo el hecho de pensar en las exploraciones y en el tratamiento puede inhibir a la vieja solterona que tiene lesiones en torno a los pechos o a los genitales. Las razones más frecuentes que suelen dar tanto hombres como mujeres que van tarde al médico con enormes cánceres de la piel son, en primer lugar, la vergüenza asociada a la desfiguración y el penetrante olor asociado con tales lesiones. Además, existe una negación inconsciente de la presencia de lesiones como algo grave por el miedo a la terapia anticancerosa. Existen creencias rígidamente estructuradas de que la terapia contra el cáncer es dolorosa, exige muchas hospitalizaciones, suele fracasar y, en muchas ocasiones, acelera una muerte inevitable. En cuanto al cáncer de piel, estos pacientes asumen que padecen una enfermedad terminal, y la aparición de la negación en la enfermedad terminal es algo universal y, hasta cierto punto, normal.
Para enfocar estos problemas, Manis ha sugerido que es preciso ocuparse de tres puntos esenciales. En primer lugar, de la creencia de que se corren graves riesgos hágase lo que se haga; en segundo, de la creencia de que es más realista ser optimista para que todo vaya bien en vez de adoptar una actitud de decaimiento y, en tercero, de la creencia de que hay tiempo de sobra para hacer algún día lo necesario con vistas a encontrar una solución y curarse. Estos tres puntos se aplican también a aquellos que niegan la presencia de una enfermedad cutánea generalizada y, por tanto, siguen mal el tratamiento. En esta circunstancia es muy útil el tratamiento hospitalario, que cuenta con el apoyo de un grupo, ya que éste permite ofrecer una información adecuada y corregir las falsas apreciaciones. Esto último es muy importante, ya que el anciano puede haber desarrollado un sistema de conceptos equivocados a causa de una mala información, o bien, puede haber interpretado mal la información que se le dio, o bien, puede haber dado demasiado crédito a la opinión de la calle, o bien, en su estado de negación, puede haber rechazado cualquier consejo, ya sea de manera consciente o inconsciente.
Nunca es poca la información que se les da a los pacientes sobre una enfermedad. Dicha información ha de completarse haciendo un especial hincapié en lo que el paciente puede hacer por sí mismo. Los grupos de ayuda y los cuidados comunitarios son de un valor incalculable. Siempre es un error el subestimar la capacidad de las personas de edad para planear su propia estrategia de aceptación una vez que se ha establecido un diálogo y que el ambiente de aislamiento social ha dejado de existir.
El tratamiento de la negativa psicótica puede ser muy difícil. En el trastorno depresivo grave, el paciente puede rechazar la idea de que padece una enfermedad o de que merece que lo traten. La enfermedad depresiva en los ancianos puede, a menudo, ser atípica y, por eso mismo, permanecer sin tratar, y es preciso saber descubrir no sólo la apatía y el retraimiento en tanto que síntomas de la depresión, sino también la agresión y la irritabilidad.

BIBLIOGRAFÍA
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Psychopathology 1995; 28(5):238-46

Algunos conceptos que deben tenerse in mente para leer los senderos de la evolución humana y algunas tablas para orientarse en el tiempo geológico y de bípedo charlatán, desde nuestros antepasados hasta el presente:
 Salvador Porras Obeso

La investigación de la historia evolutiva implica el reconstruir los procesos de anagénesis (evolución lineal) y cladogénesis ( evolución divergente = filogenia = árboles filogenéticos = dendogramas ) desde el origen de la vida hasta el presente.
  “Anagénesis” o “evolución de linaje”: proceso de cambio evolutivo a través de un linaje de descendencia.
Lo que hoy llamamos evolución biológica Darwin lo expresó como “descendencia con modificación”. La evolución biológica implica la anagénesis y la “especiación”, que es el mecanismo por lo que una especie da lugar a dos. La conservación de las diferencias y variaciones favorables a los individuos y la destrucción de las que son perjudiciales, es los que Darwin llamó “selección natural”.
   Extinción de especies: proceso contrario a “diversificación evolutiva” o “cladogénesis”: diversificación de los organismos o  multiplicación de los linajes a través del tiempo.
   “Origen de las especies”: los organismos sexuales dejan de entrecruzarse por” mecanismos de aislamiento reproductivo”= MAR prezigóticos (ecológicos, estacionales, conductuales, mecánicos y gaméticos) o postzigóticos (inviabilidad y esterilidad de los híbridos). La teoría de la especiación hace referencia al territorio y puede ser alopátrida  (alo = diferente; patria = territorio propio) con radiación adaptativa o bien simpátrida (en el mismo lugar) y cuántica o saltacional o rápida.
 Reconstruir la historia de la evolución lo hace la Paleontología (registro fósil) y el estudio comparativo de organismos actuales ( anatomía, embriología, citología, etología, biogeografía, etc..y últimamente la biología molecular.

Taxonomía: disciplina que se ocupa de la clasificación de los organismos por el grado de semejanza. A partir de los grados de semejanza las afinidades filogenéticas pueden inferirse con problemas diversos: Debe diferenciarse el fenómeno de la homología (brazos hombre y patas delanteras perro) de la analogía (alas ave y mariposa). A partir de 1950 la evaluación de la taxonomía y la reconstrucción filogenética clásica se complementan con la taxonomía “fenética” o numérica (cada carácter puede ser uno o cero) y la cladística.
  La cladística propone clasificar las especies (o taxa) con arreglo a  sus relaciones filogenéticas, independientemente del grado de semejanza morfológica o fenética..La expresión gráfica de esas relaciones filogenéticas es un cladograma. Para ello distingue caracteres primitivos (ancestrales = plesiomórficos) y caracteres derivados (apomórficos), que cuando están presentes en dos taxa se denominan sinapomórficos y si solo está en uno de los taxa considerados se llama autopomórficos. Solo los caracteres derivados comunes (sinapomórficos) sirven para determinar las relaciones filogenéticas.

 Dientes y evolución:
 Sinapomorfia de los hominoideos: pauta Y-5 (Hellman 1928): presencia en los molares inferiores de una superficie de abrasión con cinco cúspides que forman una figura parecida a una Y. No existe en restos fósiles del oligoceno; aparecen desde el mioceno inferior (Procónsul): Andrews 1992ª lo describe como cuadrúpedo arbóreo sin cola que levanta los brazos por encima de la cabeza y los gira, con movilidad grande de pulgar muñeca, tobillo y cadera, con espesor del esmalte dental más bien delgado y un cerebro más grande que el de los monos del viejo mundo.

Clasificación de los hominoideos del Mioceno Medio (según Andrews, 1996):
Subfamilia
Afropithecinae y Keniapithecine
Rasgo derivado de esmalte dental grueso
Rasgos postcraneales primitivos
Subfamilia Dryopithecinae
Rasgos derivados postcraneales
Rasgos dentales primitivos (salvo la pauta Y)
Los movimientos tectónicos producen la colisión de las placas africana y euroasiática permitiendo la salida de África de los simios del Mioceno Medio.
La cadena Procónsul, Afropithecus, Equatorius, Keniapithecus parece describir el proceso que lleva desde los primeros hominoideos a la salida de los simios de África y su radiación y diversificación en el Mioceno Superior.

Mioceno Superior: la división de los grandes simios: Dryopithecus, , Oreopithecus y Ouranopithecus en Europa; Ankarapithecus en Turquía, Sivapithecus en Pakistán, Lufengpithecus en China y Otavipithecus en Namibia (África)


Épocas geológicas tomados de  “senderos de la evolución  humana”(Camilo José Cela Conde y Francisco J. Ayala): Épocas en las que tienen lugar los procesos evolutivos desde los hominoideos del mioceno a los homínidos actuales.

El Mioceno: es una época geológica que se extiende entre casi 24 millones de años y algo más de 5 millones de años atrás, dividiéndose a su vez en Mioceno Temprano o Inferior (24-16 m.a.), Medio( (16-10) y Tardío o Superior (10-5). Su final coincide con movimientos tectónicos y un descenso del nivel del mar que, por lo que hace a África, supone el movimiento hacia el norte del continente y el desecamiento del Mediterráneo (Partridge ,et al., 1995).


El Plioceno:, que le sigue, se consideró a finales del siglo XIX por sir Archibald Geikie como la época de transición existente entre el Mioceno de clima cálido y el Pleistoceno de clima frío. Tiene lugar entre 5 y 1,62 m. A.


La transición Plioceno/ Pleistoceno: se produce hace 1,62 m. A., es decir, algo más de lo que se consideraba tradicionalmente (1,83 m. A.). Se considera dividido en Pleistoceno Inferior (o temprano), Medio y Superior  (o tardío).

El Pleistoceno Inferior: es la fase que transcurre entre 1,62 m. a. y 730.000 años.

El comienzo del Pleistoceno Medio: se hace coincidir con el cambio de magnetismo de la época inversa de Matuyama a la normal (la actual) de Bruhnes hace 730.000 años, y su final se remonta a 130.000 años (Stringer y Gamble, 1993).

El Pleistoceno Superior: ocupa desde 130.000 años a 10.000 años atrás.

 Alternativas climáticas desde el Mioceno medio Prentice y Denton, 1992):
          Data
           Clima
0,7 m.a. en adelante
Época de las “glaciaciones”
0,9 – 0,7 m.a.
Gran Glaciación. Nuevo máximo en el nivel de los hielos
2,1 – 0,9 m.a.
Altibajos regulares cada 40.000 años
2,4 –2,1 m.a.
Descenso paulatino de los hielos hasta alcanzar un nivel intermedio
2,5 – 2,4 m.a.
Gran Glaciación. Máximo en el nivel de los hielos
4,3 – 2,8 m.a.
Fluctuaciones con un nivel de los hielos bajo
 6 –4,3 m.a.
Fluctuaciones con un nivel de los hielos  medio
14 m.a.
Enfriamiento brusco



Orden de los primates, según clasificación tradicional de Simpson (1945): (Camilo José Cela Conde y Francisco J. Ayala):
      

Taxa                                           Taxa                                  Taxa                          Época

Suborden 1.  Prosimii
Suborden 2. Tarsioidea
Suborden 3. Anthropoidea


Paleoceno

Superfamilia 1. Ceboidea
(Monos del Nuevo Mundo)

Eoceno

Superfamilia 2. Cercopithecoidea
(Monos del Viejo Mundo)

Oligoceno

Superfamilia 3. Hominoidea

Familia 1. Hylobatidae
(Gibón)

Mioceno


Familia 2. Pongidae
(orangután, gorila, chimpancé)
Mioceno


Familia 3. Hominidae
Plioceno


           













Familia hominidae: (Camilo José Cela Conde y Francisco J. Ayala):
Desde el plioceno los bípedos “charlatanes” sufren la presión selectiva de la disminución de los dientes, el aumento del tamaño cerebral y el uso de herramientas como mecanismos adaptativos globales con los que se maneja la paleontología (registro fósil).
Género
Especies
Datación
(millones de años)
Ardipithecus
Ar. ramidus
4,4/ 5,8 m. a.
Orrorin
O. tugenensis
 6 m. a.
Australopithecus
A. anamensis
A. afarensis
A. bahrelghazali
A. garhi
 4,0 m. a.
 3,5 m. a.
 3,5 m. a.?
 2,5 m. a.
Paranthopus
Australopithecus (Paranthopus)
africans
P. aethiopicus
P. robustus
P. boisei

3,5 m. a. ?
2,5 m. a.
2,0 m.a.
1,7 m.a.
Kenyanthopus
K platyops
K. rudolfensis
3,5 m. a.
2,5 m. a.
Homo
H. habilis
H. ergaster
H. erectus
H. antecesor
H. neanderthalensis
H. sapiens
2,5 m. a.
1,8 m. a.
1,6 m. a.
0,8 m. a.
0,3 m. a.
0,2 m. a.


Eras Geológicas:




Eras
Períodos
Épocas
Principales eventos biológicos
Millones de años

Cuaternario
Holoceno
Tiempo histórico y prehistórico



Pleistoceno
Evolución del hombre
1.8 m.a


Plioceno
Edad del hielo. Ancestros del hombre-prosimios

CENOZOICO
Terciario
Mioceno
Dominio de las angiospermas (aparición de



Oligoceno
gramíneas). Radiación de los mamíferos, pájaros
6.5 m.a


Eoceno
e insectos polinizadores



Paleoceno





Extinción de los dinosaurios y reptiles voladores


Cretácico

en el continente, extinción de reptiles acuáticos y




amonites en el mar. 
145 m.a



Aparición y radiación de plantas con flores

MESOZOICO


Gran desarrollo de amonites en el mar


Jurásico

Expansión de los dinosaurios.
 Aparición de las aves.
210 m.a



Bosques gigantes de Coníferas, Cycas y Gynkos




Aparición de los Dinosaurios y mamíferos.


Triásico

Vegetación dominada por Gimnospermas. Reptiles mamiferoides
250 m.a



Expansión de los insectos




Primera catástrofe del ecosistema terrestre con gran extinción


Pérmico

marina terrestre. Extinción de los Trilobites. 
290 m.a



Diversificación de reptiles primitivos




Primeros reptiles. Anfibios dominantes. Bosques extensos


Carbonífero

Inicio de glaciación en el hemisferio Austral
360 m.a



Expansión de los bosques primitivos. Primeras plantas con semillas.


Devónico

Primeras plantas con semilla. Primeros anfibios e insectos
408 m.a
PALEOZOICO


Diversificación de peces con esqueleto interno


Silúrico

Diversificación de peces con mandíbula. Primeras plantas terrestres y 
438 m.a



artrópodos. Diversidad de peces sin mandíbulas.




Gran diversificación de la vida oceánica.


Ordovícico

Trilobites. Primeros vertebrados. 
505 m.a



Abundantes algas marinas




Expansión de los organismos con esqueleto externo.


Cámbrico

Origen de casi todos los vertebrados.
590 m.a



Diversas algas




Primeros organismos multicelulares.






PROTEROZOICO
Precámbrico

Primeras algas verdes-Inicio de la fotosíntesis
3500 m.a








Procariotas: primeras bacterias

AZOICO
Consolidación de la tierra


4600 m.a




Tabla de Edades:
 
AÑOS
PERIODO / EPOCA
ERA

.543 millones de años >
PERIODO CAMBRICO
E
R
A
P
A
L
E
O
Z
O
I
C
A

.510 millones de años >
PERIODO ORDOVICIENSE

.438 millones de años >
PERIODO SILURICO

.395 millones de años >
PERIODO DEVONICO

.345 millones de años >
PERIODO CARBONIFERO

.320 millones de años >
PERIODO PENSYLVANIENSE
(PERIODO CARBONIFERO)

.280 millones de años >
PERIODO PERMICO

.250 millones de años >
PERIODO TRIASICO
E
R
A
M
E
S
O
Z
O
I
C
A


















.208 millones de años >
PERIODO JURASICO
.146 millones de años >
PERIODO CRETASICO
.65 millones de años >
PERIODO PALEOCENO
E
R
A
C
E
N
O
Z
O
I
C
A
.54 millones de años >
PERIODO EOCENO
.38 millones de años >
PERIODO OLIGOCENO
.24.5 millones de años >
PERIODO MIOCENO
.5 millones de años >
PERIODO PLIOCENO
.1.6 millones de años >
PERIODO PLEISTOCENO
AÑOS
PERIODO / ÉPOCA
ERA









Bibliografía:

1-“Senderos de la evolución  humana”(Camilo José Cela Conde y Francisco J. Ayala):Leído éste libro se entenderá mejor todo lo que se lea de Atapuerca y el h. antecesor más las sorpresas que nos deparen en el futuro, por ser el mayor registro fósil de la historia de la paleontología.

2-Escala geológica detallada de las eras geológicas.
(Adaptado de Newman, 1988). http://www.geocities.com/grinpach_home/eras_geologicas.htm

3-Evolución biológica. Evolutionibus. Pasado, presente y futuro de una revolución científica. http://evolutionibus.eresmas.net/pruebas.html