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jueves, 6 de septiembre de 2012

Diagnóstico diferencial del teatro de la vida

                                                                       



Diagnósticos categoriales y dimensionales.


¿Son suficientes?

Diagnóstico diferencial del teatro de la vida
Salvador Porras Obeso. Navidad 2005.
He tenido un sueño: un señor calvo sentado en una mesa tenía encima de su cabeza una especie de brazo que se introduce en su cráneo y saca  primero una cosa irreconocible y detrás sale la misma cara del señor calvo, lampiña y sin arrugas y ¡Oh! sorpresa, detrás saca otra cara similar, de gemelo o clónica y de repente la cabeza de donde salen tales cosas y cabezas envejece o se vuelve rugosa tal como ET  o como esos ancianos venerables y sabios que salen en las películas modernas como el señor de los anillos o la guerra de las galaxias.
Uno no sueña estas cosas por casualidad, uno inicia una  pequeñas vacaciones unas semanas después de que le inviten a escribir algo sobre diagnósticos en psiquiatría y durante un viaje de varios cientos de kilómetros le vienen a la cabeza viejos pensamientos no escritos aún ; lástima que uno no es buen pintor o escultor o que un sueño no sea gravable, pero la visión cinematográfica de la escena descrita goza de la condensación necesaria y suficiente para desarrollar ideas que sin duda me han costado años elaborar tras poner el oído aquí y ojear allá o lo que ahora se llama formación continuada.
¿Somos el resultado de nuestros ancestros incluso en la forma de enfermar? Huyendo de la predestinación absoluta hay un porcentaje de verdad y otro de azar. Un observador externo que conoce a nuestras familias desde hace varias generaciones puede decir de un miembro de estas: “es clavadito a su abuelo materno” no solo en el biotipo sino en el comportamiento; el azar hace que la mayoría de los miembros de esa familia se escapen a este dicho o similares. La mayoría de las formas irreconocibles disponen de un tiempo para ser unas caras limpias y reconocibles hasta llegar a la rugosidad de la visión (invertir el proceso del sueño). ¿Describe la escena la biografía del individuo?: nacer, crecer y morir en un medio cambiante durante millones de años. Un acontecimiento que parece existir en el micro y el macro mundo, todas las células de nuestro cuerpo se regeneran permanentemente, nacen, crecen y mueren irremediablemente en un tiempo finito, a veces intervienen noxas o enemigos que acortan los tiempos (infecciones por ejemplo o las enfermedades autoinmunes) y a veces el crecimiento se acelera (el cáncer por ejemplo).Una parte de cada individuo es pasado predeterminado (genética molecular, cambios evolutivos)  y otra parte es futuro moldeable (aprendizaje cultural, adaptación al medio) y la variabilidad es infinita si bien las manifestaciones del enfermar son finitas. Con la información genética se pone en marcha el desarrollo embrionario que no es perfecto y genera estructuras que fallan antes del alumbramiento o después, bien en la infancia o adolescencia o más tarde; hoy está de moda pensar que en las esquizofrenias el cableado entre distintos centros cerebrales se hizo defectuosamente durante el neurodesarrollo cerebral y la expresión de la enfermedad suele empezar en la adolescencia. Por un lado parece existir un reloj biológico con fecha de caducidad y a partir de la cual aparecen disfunciones menores, mayores y terminales y por otro un peri mundo que favorece o dificulta la exactitud del reloj, en otras palabras que la vida sea un camino de rosas o de espinas.
¿Qué hace la medicina o la psiquiatría?..pues recoger un inventario de múltiples signos y síntomas, que de forma dicotómica estarán presentes o ausentes, lo que supone  que si están presentes durante un tiempo un cluster de síntomas constituyen entidades sindrómicas cualitativas consensuadas hasta poder hablar de tal o cual trastorno o enfermedad. Esta forma de proceder nos lleva a un diagnóstico categorial que suele ser multiaxial y tipológico como DSM y CIE (diagnóstico psiquiátrico, somático, personalidad, repercusión social y laboral).
Para entendernos pongamos primero el ejemplo médico de los biotipos humanos que son :asténicos, leptosómicos, pícnicos y atléticos y además todas las combinaciones posibles solapándose y quedando los biotipos puros reducidos a porcentajes escasos. Si en segundo lugar lo aplicamos a los síndromes psiquiátricos usaremos varios ejes: uno para cuadros clínicos más o menos definidos: psicosis, neurosis, etc…otro para los   comportamiento y nos encontramos con trastornos de personalidad tipo A, B y C que a su vez se subdividen haciendo un árbol taxonómico en donde los trastornos típicos son escasos ya que se solapan las conductas y no queda más remedio que hablar del ESPECTRO (uno tiene un poco de :ansiedad y obsesiones y fobias e impulsividad, etc. en mayor o menor medida) y a esto se le suele llamar diagnóstico categorial multiaxial.
Este es el mito de la caverna de Platón: Se entrevista a una persona y se buscan los síntomas que yo ya tengo agrupados en mi cabeza y coloco sus síntomas en uno de los
Grupos o si se solapan varios grupos hablaré del espectro y no sabré que grupo pesa más. Total que la forma de proceder categorialmente es necesaria pero quizás no suficiente.
Procedamos ahora de otra forma: tenemos presente un síntoma que tenemos que cuantificar por ejemplo en su intensidad..poca, regular mucha…¿le ponemos una cruz o cinco?..¿y cual es la causa del síntoma, su etiopatogenia?..¿a los problemas de la vida, a la menopausia, a la desnutrición?..¿y cual es su evolución?,¿cursa con/sin deterioro?, a lo largo de la biografía si recurre la enfermedad, ¿el síntoma es siempre igual en su expresión de gravedad en los distintos episodios ? , ¿es el síntoma un continuum desde lo leve a lo grave?..todo esto es lo que se llama intentar el diagnóstico dimensional que tiene más que ver con la lógica Aristotélica y el análisis multifactorial. Luego vuelva a estas líneas, pero ahora navegue sobre un ejemplo práctico que dos autores españoles se han dignado escribir en español de una forma estructurada y didáctica: Psicopatología y clasificación de los trastornos depresivos.
¿Ya lo han leído? Sigamos pues preguntándonos si la integración de los modelos categoriales y dimensionales son necesarios y suficientes. Son una excelente aproximación al diagnóstico diferencial del teatro de la vida, pero he de invitarles a leer a otro autor español que nos habla de la inespecifidad de los síndromes en: Problemas y conjeturas de la psiquiatría actualSolo un ejemplo muy ilustrativo: se encuentra el explorador con un individuo fatigoso con dolor precordial y pone en marcha todo el dispositivo de pruebas para diagnosticar un problema cardiaco y nos hay hallazgos que lo confirmen, por exclusión decide que se encuentra ante una crisis de angustia…como observarán las manifestaciones son similares y limitadas pero la causa difiere en dos palmos y no hablemos del pronóstico, etc…
Y es hora de acabar el cuento: agradecer a los ancestros que nos hayan permitido discurrir por el teatro de la vida y a las generaciones venideras que no se rían tanto de los modelos con los que nos ha tocado convivir y pedir disculpas por recomendar lo que nos han recomendado siempre:”no parar de leer”, “no dejar de soñar” pues al parecer la vida es sueño..¿no os suena?

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Respuesta de TSH tras estimulación con TRH en población alcohólica. Estudio en pacientes con cirrosis alcohólica y alcoholismo sin afectación hepática.


Respuesta de TSH en Enólicos con y sin Cirrosis


Respuesta de TSH tras estimulación con TRH en población alcohólica. Estudio en pacientes con cirrosis alcohólica y alcoholismo sin afectación hepática.

Porras Obeso S.*, Ortuño Cortés J.**, García García A.**, Ortiz Díaz F.***, Vidal Peracho C.****
* Psiquiatría Hospital Gral. Elda. ** Digestivo Hospital Gral. Elda. *** Residente medicina familiar y comunitaria, Hospital Gral. Elda. ****Endocrinología Hospital Gral. Elda.
INTRODUCCIÓN:
Las consecuencias a largo plazo del alcoholismo sobre el eje hipotálamo-hipofisario han sido estudiadas en alcohólicos con y sin afectación hepática, durante un periodo de abstinencia de al menos una semana sin ingesta alcohólica; algunos estudios incluso los han seguido durante tres o cuatro semanas de abstinencia, entre los cuales nos incluimos.
Algunos estudios encuentran niveles de TSH basales substancialmente más bajos de lo normal (1,2), mientras que en otros no aparecen significativas dichas diferencias (3,4,5).
Una respuesta de la TSH a la TRH disminuida es el hallazgo más consistente encontrado en múltiples estudios (2, 5-13). Dos no encuentran diferencias significativas en la respuesta de TSH a TRH, aunque sí hallan una tasa importante de respuestas aplanadas (14,15). Otros ni siquiera encuentran alterada la respuesta de TSH a la TRH (16,17). Por otro lado, errores metodológicos así como la ausencia de grupo de control hace difícil establecer estimaciones precisas.

OBJETIVOS:
Conocer la respuesta de TSH tras la administración de TRH en población alcohólica y si existen diferentes respuestas en pacientes con cirrosis hepática alcohólica y alcoholismo sin afectación hepática.

MATERIAL Y MÉTODOS:
Se estudiaron 22 pacientes con antecedentes de ingesta enólica habitual, de los cuales 73% (N=16) eran varones y 27% (N=6) eran mujeres. La edad media era de 47’3± 11 años. Del total de la población alcohólica un 36% (N=8) presentaban criterios de cirrosis hepática (biopsia hepática), un 64% (N=14) no presentaban afectación hepática secundaria a la ingesta alcohólica. La población control comprendía 19 pacientes con edad media de 23± 10 años, un 37% (N=7) eran varones y un 63% (N=12) eran mujeres.
Se les administró 400 mcrg. i.v. de TRH y se efectuaron extracciones de TSH a los 0, 15, 30, 60 y 120 minutos, efectuándose las determinaciones mediante RIA.
Los pacientes fueron estudiados en los siguientes grupos: población alcohólica (A), grupo control (C), grupo con cirrosis hepática alcohólica (CIR), grupo con alcoholismo sin afectación hepática (N-CIR), varones alcohólicos (VA), mujeres alcohólicas (MA), varones control (VC) y mujeres control (MC). El análisis estadístico se efectuó mediante los test de Mann Whitney y de Wilcoxon.

RESULTADOS:
TSH TRAS ESTIMULACIÓN CON TRH EN POBLACIÓN ALCOHÓLICA
GRUPOS

N

EDAD

0'

15'

30'

60'

120'
.

MEDIA +/- DE

A
22
47,3+/-11
2,9+/-2
13,4+/-9
13,9+/-9
8,9+/-7
6,4+/-5

CIR
8
41,2+/-8
3,5+/-3
13,9+/-11
15,2+/-12
8,3+/-8
8,4+/-7

N-CIR
14
48,9+/-13
2,7+/-3
16,6+/-14
16,4+/-14
11,4+/-10
6,4+/-6

VA
16
49,1+/-11
2,6+/-2
12,1+/-9
11,9+/-9
6,7+/-4
5,4+/-5

MA
6
42,1+/-12
3,7+/-2
16,8+/-7
19,2+/-10
14,8+/-9
9,2+/-6

C
19
23,0+/-10
1,5+/-1
11,2+/-8
12,1+/-7
8,3+/-4
4,4+/-2

VC
7
27,7+/-14
1,5+/-1
9,2+/-5
9,5+/-4
6,6+/-3
3,8+/-1

MC
12
20,1+/-7
1,5+/-1
12,4+/-9
13,6+/-8
9,3+/-5
4,7+/-2
A:
Grupo de alcohólicos
CIR:
Cirróticos alcohólicos
N-CIR:
Alcohólicos no cirróticos
VA:
Varones alcohólicos
MA:
Mujeres alcohólicas
C:
Grupo control
VC:
Varones control
MC:
Mujeres control

Gráfico 1: TSH TRAS TRH EN POBLACIÓN ALCOHÓLICA Y CONTROL.

Gráfico 2: TSH TRAS TRH EN POBLACIÓN ALCOHÓLICA Y SUBGRUPOS.

Gráfico 3: RESPUESTA DE TSH EN VARONES Y MUJERES ALCOHÓLICAS.

Se detectaron incrementos significativos de TSH tras la administración de TRH en todos los grupos estudiados (p < 0.05). No se detectaron diferencias significativas en los diferentes tiempos del test al comparar el grupo de alcohólicos con el grupo control, ni al considerar la población alcohólica según sexo con relación a población control similar. No hubo diferencias con relación al grupo control del grupo de alcohólicos cirróticos y no cirróticos. Tampoco las hubo entre los grupos de alcohólicos cirróticos y no cirróticos al ser comparados. Las mujeres alcohólicas mostraron mayores valores de TSH a los 60’ que los varones alcohólicos (p < 0.05).

CONCLUSIONES:
Tanto los valores basales como la respuesta de TSH tras la estimulación con TRH es similar en población alcohólica a la observada en población sana.
La respuesta de TSH en pacientes alcohólicos se muestra independiente del estado de afectación hepática (cirróticos y no cirróticos).
Los valores de TSH al cabo de 60’ tras la estimulación con TRH son más elevados en mujeres alcohólicas que en varones alcohólicos.
BIBLIOGRAFÍA:
  1. Loosen PT, Wilson IC, Dew BW, et al. Thyrotropin-releasing hormone (TRH) in abstinent alcoholic men. Am J Psychiatry 140:1145-1149, 1983.
  2. Garbutt JC, Mayo JP, Gillette GM, et al. Dose-response studies with thyrotropin-releasing hormone (TRH) in abstinent male alcoholics: evidence for selective thyrotroph dysfunction. J Stud Alcohol 52: 275-280, 1991.
  3. Agner T, Hagen C, Andersen BN, et al. Pituitary-thyroid function and thyrotropin, prolactin and growth hormone responses to TRH in patients with chronic alcoholism. Acta medica Scandinavica 220:57-62, 1986.
  4. Geurts J, Demeester-Mirkine N, Glinoer D, et al. Alterations in circulating thyroid hormones and thyroxine binding globulin in chronic alcoholism. Clin Endocrinol 14: 113-118, 1981.
  5. Dackis CA, Bailey J, Pottash ALC, et al: Specificity of the DST and TRH test for major depression in alcoholics. Am J Psychiatry 141: 680-683, 1984.
  6. Casacchia M, Rossi A, Stratta P. Thyrotropin-releasing hormone test in recently abstinent alcoholics. Psychiatry Res 16:249-251, 1985.
  7. Muller N, Hoehe M, Klein HE, et al. Endocrinological studies in alcoholics during withdrawal and after abstinence. Psychoneuroendocrinology 14: 113-123, 1989.
  8. Radouco-Thomas S, Garcin F, Murthy MRV, et al. Biological markers in major psychoses and alcoholism: phenotypic markers. J Psychiatr Res 18: 513-539, 1984.
  9. Marchesi C, Campanini T, Govi A, et al. Abnormal thyroid stimulating hormone, prolactin and growth hormone responses to thyrotropin-releasing hormone in abstinent alcoholic men with cerebral atrophy. Psychiatry Res 28: 89-96, 1989.
  10. Krawczynski H, Sadowska H, Malunowicz E, Obrowska D, Kowalska H, Krawczynski J. Diminished TSH response to TRH stimulation in patients with hepatic cirrhosis depite of subnormal serum T· levels. Mater Med Pol. 1979 Oct-Dec; 11(4): 367-72.
  11. Schlienger JL, Hasselmann M, Imler M. Possible role of hyperammonemia and/or of portodystemic shunts on the variability of the TSH response to TRH in cirrhotic patients. Acta-Endocrinol-Cophen. 1978 Oct; 89(2): 284-95.
  12. Schlienger JL, Hasselmann M, Imler M. Alterations in thyroid hormones and thyrotropin response to TRH in cirrhotic patients with and without hyperammonemia. Ann-Endocrinol-Paris. 1978; 39(1): 75-6.
  13. Schlienger JL. Thyroid status in fifty patients with alcoholic cirrhosis. Z-Gastroenterol. 1979 Jul; 17(7): 452-61.
  14. Modigliani E, Periac P, Perret G, Huges JN, Coste T. TRH response in 53 patients with chronic alcoholism. Ann Med Interne Paris. 1979; 130 (5): 297-302.
  15. Willenbring ML, Anton RF, Spring WD Jr, et al. Thyrotropin and prolactin response to thyrotropin-releasing hormone in depressed and nondepressed alcoholic men. Biol Psychiatry 27: 31-38, 1990.
  16. Banki CM, Arato M, Pappo Z, Rihmer Z, Kovacs Z. Associations among dexamethasone non-suppression and TRH-induced hormonal responses: increased specificity for melancholia? Psychoneuroendocrinology. 1986; 11(2): 205-211.
  17. Banki CM, Vojnik M, Arato M, Pappo Z, Kovacs Z. Dexamethasone suppression and multiple hormonal responses (TSH, prolactin and Trowth hormone) to TRH in some psychiatric disorders. Eur-Arch-Psychiatry-Neurol-Sci. 1985; 235 (1): 32-7.

Respuesta de TSH tras estimulación con TRH en población alcohólica. Revisión de la literatura.


Respuesta Hipofisaria en Alcoholismo


Respuesta de TSH tras estimulación con TRH en población alcohólica. Revisión de la literatura.

Porras Obeso S.*, Ortuño Cortés J.**, García García A.**, Ortiz Díaz F.***, Vidal Peracho C.****
* Psiquiatría Hospital Gral. Elda. ** Digestivo Hospital Gral. Elda. *** Residente medicina familiar y comunitaria, Hospital Gral. Elda. ****Endocrinología Hospital Gral. Elda.
INTRODUCCIÓN:
La respuesta de TSH a TRH se ha intentado relacionar con el estado del funcionalismo hepático. Por ello se ha estudiado el comportamiento de la TSH como respuesta a TRH en diversos grupos: alcohólicos abstinentes sin alteración hepática, con esteatofibrosis, con cirrosis con/sin encefalopatía y controles sanos. Las dosis de TRH empleadas por Garbutt (1) han oscilado entre 25 y 800 mcgr., por vía intravenosa, sin encontrar cambios en la respuesta de TSH al aumentar la dosis de TRH. También ha sido probada la estimulación por vía oral con 40 mcgr. de TRH, realizada por Staub et al(2) y otros grupos.
Una revisión realizada por Garbutt et al (1), en 163 pacientes alcohólicos sin afectación hepática estudiados en 8 trabajos, encontró que 43 (26%) tenían una baja respuesta de TSH a TRH. Estos hallazgos deben ser cuestionados ya que se habían utilizado diferentes dosis de TRH en cada estudio y algunos de ellos carecían de grupo control.
En teoría, los valores de TSH encontrados en enfermos cirróticos deberían diferir de los hallados en sujetos con hígado sano, ya que ambos grupos difieren en la síntesis de proteínas y otras muchas sustancias, incluyendo las hormonas tiroideas. Sin embargo, la mayoría de trabajos no encuentran diferencias en los valores de T4, aunque la T3 esté reducida en enfermos cirróticos en ausencia de hipotiroidismo. Los niveles elevados de TSH basal en cirróticos no se acompañan generalmente de cambios en la respuesta de TSH a TRH. En ellos suele estar ausente la falta de respuesta de TSH, lo que sugiere la ausencia de un hipotiroidismo subclínico. Se desconoce el significado de estos hallazgos en sujetos cirróticos.
La alteración en la respuesta de TSH a TRH en alcohólicos se ha intentado relacionar con las concentraciones de T3, T4, FT4, TRH endógeno en los distintos grupos y también con la hiperamonemia en la encefalopatía hepática.
Es en la década de los 70 cuando aparecen trabajos que detectan alteraciones de la respuesta de TSH a TRH. Loosen et al (3) encuentran disminuida esta respuesta en dos de cinco pacientes con síndrome de abstinencia alcohólica. Modigliani et al (4) no encuentran diferencias significativas al comparar el grupo control con pacientes con fibroesteatosis, cirrosis y cirrosis severas con alteraciones en la coagulación; únicamente detectan una tendencia a responder menos la TSH cuando los valores de T3 eran previamente bajos. Schlienger et al (5) encuentran que la TSH basal y la respuesta a TRH eran normales e independientes de los niveles de T3 y T4, si bien habían realizado la estimulación con 25 mcgr. Wemeau et al (6) encontraron, en 47 de 109 pacientes con el síndrome de T3 bajo en el contexto de enfermedades extratiroideas, que tanto la TSH basal como la respuesta a TRH era normal. En enfermos cirróticos, Krawczynski et al (7) encontraron que la respuesta de TSH a TRH estaba disminuida cuando la T3 era baja. Schlienger et al (5, 8, 9), también en sujetos cirróticos, encontraron que la alteración de la respuesta de TSH estaba relacionada con la hiperamoniemia debida shunts portosistémicos, debido a que aumentan el número de falsos neurotransmisores cerebrales y depleccionan de mediadores aminérgicos.
En la década de los 80, Banki et al (10,11) no encontraron alterada la respuesta de TSH en 11 alcohólicos. Borisenko et al (12) tampoco encontraron cambios en la respuesta de TSH a TRH en animales de experimentación, sugiriendo la hipótesis de que la exposición al alcohol en ratas hace hipofuncionantes las neuronas hipotalámicas TRH y las células tirotrópicas de la hipófisis anterior. Por otro lado Shiota et al (13) hallaron que la respuesta de TSH a TRH en cultivos hipofisarios de ratas está en función de la síntesis proteica de la TSH.
Ya en la década de los 90 se ha seguido investigando sobre la posibilidad de que el eje hipotálamo-hipófisis-tiroideo esté afectado en los hepatópatas. Adinoff et al (14) ha encontrado una correlación inversa entre la respuesta de TSH a TRH y la concentración endógena de TRH, sosteniendo la hipótesis de que al incrementarse el TRH endógeno, decrecería la densidad de receptores hipofisarios de TRH y por lo tanto disminuiría la respuesta de TSH a TRH. En contra de la teoría de la down-regulation de los receptores pituitarios se han manifestado Garbutt et al (1) al encontrar la respuesta de TSH disminuida, pero no la de PRL, al estimular con TRH.

DISCUSIÓN:
En lo relativo a cómo afecta el alcohol al tamaño de la glándula tiroidea Hegedus et al (15) encontraron una reducción de ésta en alcohólicos con y sin cirrosis en comparación con no alcohólicos, aún sin hipotiroidismo consecuente. En las autopsias se confirmó un aumento de fibrosis de la glándula tiroidea.
En cuanto a cómo afecta el alcohol al eje HPT en experimentación animal Borisenko et al (12) no encontraron cambios en la respuesta de TSH a TRH en ratas, lo que sugiere que la exposición al alcohol hace hipofuncionantes de igual forma a neuronas hipotalámicas TRH y a células tirotrópicas de la hipófisis anterior.
En general los estudios que se han realizado en el primer mes de abstinencia alcohólica en pacientes con y sin afectación hepática encuentran disminuida la respuesta de TSH a TRH entre un cuarto y un tercio de los casos examinados. La alteración en la respuesta de TSH a TRH en alcohólicos se ha intentado relacionar con las concentraciones de T3, T4, FT4, TRH endógeno en los distintos grupos y con la hiperamonemia en encefalopatía hepática.
En un primer momento los estudios de la función tiroidea se centran en evaluar las hormonas tiroideas en sangre periférica. La mayoría de trabajos no encuentran alteraciones en los niveles de T3 o T4, si bien Loosen et al (5) y Agner et al (16) encuentran niveles bajos de T3 en alcohólicos comparados con sujetos controles. Así mismo la concentración basal de TSH se encontró más baja de lo normal en los trabajos de Loosen et al (3) y Garbutt et al (1), pero no en los de Geurt et al (17), Dakis et al (18), Agner et al (16) y tampoco en nuestro estudio (19), donde se incluían alcohólicos con y sin cirrosis y grupo control. Teóricamente, en pacientes cirróticos, los hallazgos debieran ser diferentes, ya que estos sujetos presentan cambios metabólicos de muchas sustancias, incluyendo las hormonas tiroideas; sin embargo la mayoría de los trabajos encuentran una concentración de T4 normal y de T3 reducida, sin hipotiroidismo. Estos hallazgos parecen coincidir con una reducción de la conversión de T4 a T3 secundaria al daño hepático. En favor de esta hipótesis abogan los trabajos de Israel et al (20) y Chopra et al (21). El hallazgo de niveles de TSH basales altos en pacientes alcohólicos no ha sido detectado en nuestro estudio (19), tanto en cirróticos como en no cirróticos. Algunos autores (Wemeau et al, Agner et al, Geurts et al, Porras et al) tampoco encuentran niveles de TSH disminuidos en no cirróticos (6, 16, 17, 19) mientras que otros (Garbutt et al, Loosen et al) sí los hallan (1, 3); por el contrario en sujetos cirróticos ha sido encontrada la TSH basal incrementada por unos autores (Chopra et al, Van Thiel et al, Nomura et al, Green et al) (21, 25) y no por otros (Agner et al, Porras et al, Hasselbalch et al) (16, 19, 26).
En un segundo momento se estandariza la respuesta de TSH a TRH para el estudio del eje HPT en enfermos hepáticos. No existen datos consistentes de que la respuesta disminuida de TSH pueda sugerir un hipotiroidismo marginal. No es bien conocido el significado clínico de la reducción de respuesta de TSH a TRH en la abstinencia alcohólica. Los resultados de los distintos investigadores han sido dispares. Hay autores que no encuentran alterada la respuesta de TSH a TRH (Wemeau et al, Banki et al, Banki et al, Agner et al, Porras etal, Monza et al, Hasselbalch et al, Willenbring et al) (6, 10, 11, 16, 19, 25, 26, 27), únicamente encuentran una tendencia a una menor respuesta de TSH cuando la T3 esta baja (Modigliani et al, Willenbring et al) (4, 27) o bien que la respuesta de TSH es independiente de los valores de T3 y T4 (Wemeau et al) (6).
Por el contrario, algunos investigadores como Krawczynski (7) encuentran una respuesta disminuida de TSH a TRH en cirróticos con la T3 baja. Además, Garbutt et al (28) han constatado la supresión de la respuesta de TSH al aplicar dosis standard de T3, lo que contradice la teoría de una alteración en el eje hipotálamo-hipofisario tiroideo. Por otro lado la respuesta alterada de TSH se ha relacionado por Schlienger (5, 8, 9) con la hiperamoniemia debido probablemente a que el shunt portosistémico aumentaría el número de falsos neurotransmisores cerebrales y depleccionaría los mediadores aminérgicos, lo que justificaría la respuesta alterada de TSH.
Recientemente, en la menor respuesta de TSH a TRH se ha implicado tanto el aumento de la FT4 por Anderson (29), como un aumento de TRH endógeno por Adinoff (14), el cual sería responsable de un descenso de la densidad de los receptores hipofisarios de TRH y por tanto disminuiría la respuesta de TSH a TRH. Sin embargo esta teoría de la down-regulation de receptores pituitarios de TRH estaría en contradicción con hallazgos de Garbutt (30) de una disminución de la respuesta de TSH, pero no de PRL.
Los distintos mecanismos sugeridos para explicar estos hallazgos no han sido determinados en los trabajos publicados. La primera explicación, no confirmada en estudios preliminares por Loosen et al (31), postula que la cinética de metabolización de TRH es diferente en alcohólicos y no alcohólicos. Otra explicación se basa en la down-regulation de los receptores hipofisarios de TRH, debido a un exceso de TRH endógeno que alcanza a la hipófisis y/o exceso de actividad de otros inhibidores de la TSH, como la somatostatina. En defensa de esta hipótesis Roy et al (32) encuentran que los pacientes alcohólicos no se diferencian del grupo control en cuanto a los niveles de TRH en líquido cefalorraquídeo; en cambio, estos niveles no parecen guardar relación con el efecto de la TRH sobre la hipófisis.
Una hipótesis por demostrar, y que proponemos, sería la existencia de un hipertono somatostatinérgico (SS), inhibidor de la liberación de menor a mayor grado de distintas hormonas pituitarias cuando estimulamos con TRH, que no afectaría a la liberación de prolactina, pero afectando en mayor medida a la liberación de TSH y de forma mucho más importante a la liberación de hormona de crecimiento (GH), cuando es estimulada su liberación con GRF (Porras et al) (33).
De la revisión bibliográfica y de nuestros hallazgos, considerando la ausencia de alteraciones en la respuesta de TSH a TRH en alcohólicos abstinentes, podemos inferir que el eje hipotálamo hipofisario tiroideo, si se afecta, no lo hace de forma tan importante como para impedir que se produzca una respuesta de TSH adecuada en la mayoría de las ocasiones. Por tanto no podemos proponer este test como marcador clínico de enfermedad alcohólica y por el contrario sugerimos como mejor marcador la valoración de la respuesta de GH a GRF (Porras et al) (33).
BIBLIOGRAFÍA:
  1. Garbutt JC,Mayo JP,Gillette GM,et al:Dose-response studies with thyrotropin-releasing hormone (TRH) in abstinent male alcoholics: evidence for selective thyrotroph dysfunction.J Stud Alcohol 52:275-280,1991.
  2. Staub,JJ;Girard,J;Gemsenjager,E.Schweiz-Med-Wochenschr. Development of a simple oral short test with the TSH releasing hormone (TRH) and its use in thyroid diagnosis 1976 Dec 11;106(50):1839-42
  3. Loosen PT,Wilson IC,Dew BW,et al:Thyrotropin-releasing hormone (TRH) in abstinent alcoholic men.Am J Psychiatry 140:1145-1149,1983.
  4. Modigliani E,Periac P,Perret G,Hugues JN,Coste T:TRH response in 53 patients with chronic alcoholism.Ann Med Interne Paris.1979 130(5):297-302.
  5. Schlienger,JL;Hasselmann,M;Imler,M.Alterations in thyroid hormones and thyrotropin response to TRH in cirrhotic patients with and without hyperammonemia. Ann-Endocrinol-Paris. 1978;39(1):75-6.
  6. Wemeau JL,Lefebvre J,Linquette,M: "Low triiodothyronine(T3) syndrome":"thyroxine (T4) euthyroidism" evidence.Nouv Presse Med 1979 Feb 3;8(6):415-9.
  7. Krawczynski H,Sadowska H,Malunowicz E,Obrowska D,Kowalska H, Krawczynski J:Diminished TSH response to TRH stimulation in patients with hepatic cirrhosis depite of subnormal serum T3 levels.Mater Med Pol.1979 Oct-Dec;11(4):367-72.
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